En abril y mayo, tuvimos el privilegio de emprender otro viaje muy especial: a Jowai, en el estado indio de Meghalaya. Nuestro pastor, Manbha, nos dio una cálida bienvenida; un reencuentro que nos conmovió profundamente y nos llenó de alegría.
Encuentros que conectan
Desde el principio, visitamos a nuestros niños apadrinados. Ya sea en casa de sus familias o en grupos con voluntarios dedicados, cada encuentro fue un momento precioso. Mantener esta conexión significa mucho para nosotros. Y para los niños y sus familias, nuestra visita es un mensaje conmovedor: No estás solo. Estamos a tu lado: por la educación, las oportunidades y un futuro mejor.

Progreso que da esperanza
Nuestro proyecto de cúrcuma sigue creciendo: La gran nave de procesamiento está terminada y esperamos que el techo resista pronto las fuertes lluvias monzónicas. Si el tiempo lo permite, los grupos de mujeres podrán procesar su primera cosecha a partir del próximo noviembre, ¡desde la raíz hasta el polvo de cúrcuma terminado! 240 mujeres y sus familias Se beneficiarán de esto: una fuente sostenible de ingresos y un poco más de autodeterminación.

Educación para todos, incluso en regiones remotas
Otro momento destacado de nuestro viaje fue la ceremonia de inauguración del nuevo edificio escolar para niños desfavorecidos. La alegría fue inmensa: profesores, alumnos, padres, políticos locales... ¡incluso el obispo Ferdinand se dejó llevar por el entusiasmo! Hubo cantos, bailes, charlas y celebraciones: ¡una verdadera celebración de unidad!

Continuamos
Este viaje nos ha demostrado una vez más cuánto puede lograrse con nuestro apoyo y cuánto es necesario. Agradecemos cada encuentro, cada abrazo, cada sonrisa. Y seguiremos adelante, junto con nuestros socios en Meghalaya y con su apoyo.






































